martes, 12 de abril de 2011

Martes 12 de abril

            Una minúscula partícula de luz eclosiona en mitad del día. Es avanzada la tarde cuando la explosión sin sonido, callada, ilumina una jornada de por sí fulgurante. Contra el cielo despejado y limpio una inquietud o reverberación menor se ondula un instante en el aire incorpóreo y por ello el tiempo y el espacio, gigantes mudos, reciben un empuje similar al del aleteo de un insecto. Casi desapercibida pues viene al mundo esta otra vida. Porque debe ser vida y no otra cosa ese albor casi imperceptible que se expande, ya que es de pronto materia y movimiento, respira. Se hace cuerpo al tiempo que en un árbol cercano, nos parece un tilo, un conjunto de pájaros derraman espontáneamente su vuelo arbitrario. Parecería humana esta vida en su conjunto y observándola podemos entender qué es aquello que llaman hecho a imagen del hombre, pero es peculiar y distinta y evidencia un desplazamiento torpe, una respiración difícil y las dimensiones de su cabeza son desproporcionadas. Sin embargo sonríe como lo haría un niño ingenuo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario