… Febo ya no es un muchacho, bufa con sorna para después sonreír
en mitad de su camino. Aparece estos días con su carro inmaculado y me saluda
cálidamente en la distancia. En su bonanza brilla. Se ha hecho para mí
necesaria su presencia —será que padezco hambre de primavera—, por lo que lo busco
con la mirada a primera hora. Si es que aparece mi ánimo se eleva…
viernes, 14 de marzo de 2014
lunes, 10 de marzo de 2014
Lunes, 10 de marzo de 2014
… de entre las rosas que me regales, esa que sólo es tallo,
la que yo detesto, déjala en la intimidad de tu jardín. Dame tus gritos, esas
flores que explotan en mitad del ramo, que chillan estridentes y caprichosas. Tu
silencio y mi culpa guárdalos, rompe sus hojas en tu regazo. Pues todo en tus labios
me cuadra, pero no el silencio, el silencio es el arma más punzante, se clava
en mí y desata dos maquinas perfectas e implacables: la tragedia de mi
imaginación y la detención del tiempo sin sentido. Tus silencios son los puentes
que desaparecen, con ellos quedo a merced de las horas y de mí mismo…
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