lunes, 10 de marzo de 2014

Lunes, 10 de marzo de 2014

… de entre las rosas que me regales, esa que sólo es tallo, la que yo detesto, déjala en la intimidad de tu jardín. Dame tus gritos, esas flores que explotan en mitad del ramo, que chillan estridentes y caprichosas. Tu silencio y mi culpa guárdalos, rompe sus hojas en tu regazo. Pues todo en tus labios me cuadra, pero no el silencio, el silencio es el arma más punzante, se clava en mí y desata dos maquinas perfectas e implacables: la tragedia de mi imaginación y la detención del tiempo sin sentido. Tus silencios son los puentes que desaparecen, con ellos quedo a merced de las horas y de mí mismo… 

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