martes, 16 de septiembre de 2014

Martes, 16 de septiembre de 2014

… ¿es este, ineptos Inmortales, el viento que tiráis contra mi proa y lanzáis sobre mis velas? ¿Acaso  pretendéis despeinar a esa núbil princesa que olvidó la diadema de jazmines junto a su inocencia? ¿Tan débiles y apocados sois en esta era? Volved ¡oh! Olvidados por la iniquidad del hombre. Volved, venid, traeros. Venid Anemoi coléricos. Recuperad el capricho y la furia. ¡Oh! Céfiro, Eolo, Tifón, Noto, Euro, y tantos otros, arrancad de mi pecho la vergüenza y la culpa con el ímpetu necesario de una proeza divina. Que luego yo, como tributo cierto, elevaré al Olimpo en feliz hecatombe el votivo humo de la sangre de mil carneros decapitados en el ara de vuestros templos. Sea, aunque para ello, tenga que buscar, entre las espinas y zarzas, entre la maleza y las malas hierbas de un pasado remoto, cada piedra de ellos para levantarlos excelsos de nuevo…         

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