lunes, 3 de octubre de 2011

Lunes 3 de octubre


… todo está quieto en el bosque. Silencio; que ninguna brisa le mueva las hojas. Pues son como estatuas diminutas y crujientes bañadas por un dorado de tramoya. He despertado y abierto los párpados procedente de un sueño reparador y siento que mis brazos albergan la fuerza de mil guerreros. Parece como si la vida se hubiera ausentado un tiempo prudente para volver a nacer. Intuyo que los dioses de... este bosquecillo apartado planean una mejor génesis. Es por ello que todas las energías derramadas por mi devenir, esas fuerzas frustradas, gastadas sin criterio ni éxito, están en mí de nuevo, para mejorar mis acciones. Sólo espero que se anuncie el nuevo y más dulce canto de la inexperta y novel cigarra de este bosque para empezar a vivir una vez más…

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